Argentina, 2024. En un océano infinito de furia, donde las olas son como gigantes enfurecidos, un grupo de gestores y creativos argentinos, náufragos en las tormentas de la incertidumbre y la adversidad, luchan en un mar adverso que amenaza con hundir sus sueños y consolidaciones. Pero no solo luchan por sobrevivir, sino por encontrar un refugio, una orilla donde recobrar los instrumentos para volver a ampliar sus horizontes, destacar sus historias y fortalecer sus iniciativas.
En ese mar abierto, tomará la forma de un faro Orillas Nuevas, donde 104 artistas y gestores culturales seleccionados de 31 iniciativas llegan a la orilla y descubren un espacio de colaboración, donde cada uno trae su unicidad al colectivo. Juntos, crean el hábitat para el crecimiento, la originalidad y el intercambio que los guiará.
Al llegar, cada náufrago se presenta mediante una especie de ritual donde comparten sus historias y visiones en ese nuevo entorno que es l´Atelier. A través de este proceso de presentación comienza a configurarse la idea de un “nosotros“. Aunque cada proyecto es único, el acto de compartir crea lazos inmediatos entre los participantes, fomentando un sentido de pertenencia y colaboración. Este “nosotros” se convierte rápidamente en una comunidad donde las diferencias se celebran y se convierten en una fuente de fortaleza. La orilla ahora sí se configura como tal y se transforma en un punto de encuentro y de inspiración, creando un ecosistema cultural vibrante y dinámico. Ahora esta orilla no es solo un destino, sino un espacio seguro del alud de desastres globales, donde la multiplicidad de voces da lugar a un parlamento cultural interdisciplinario, exquisito.
El parlamento empieza a sesionar. La selección de los 31 proyectos representa una escena federal descentralizada y multidisciplinar, un escenario que refleja la complejidad y riqueza de la cultura contemporánea en Argentina. En un mundo cada vez más interconectado, estos proyectos desafían las nociones tradicionales de espacio y disciplina, creando un mosaico cultural que trasciende e implosiona las fronteras artísticas. La colaboración entre diferentes disciplinas fomenta la experimentación y la creatividad, desdibujando las líneas entre el arte y la vida cotidiana, entre el presente y el pasado. Lo ordinario y lo sofisticado. Lo analógico y lo digital.
Las instancias de formación diseñadas para l´Atelier, facilitan un enriquecimiento en los intercambios y espacios de escucha, fortaleciendo la noción de un “nosotros” como comunidad colaborativa. Una grilla de dispositivos formativos basados en la confianza, donde, al abordar dificultades y errores personales, también se iluminaron las diferencias dentro del parlamento. Podemos identificar entonces a los navegantes, los exploradores y los recolectores.
Los navegantes son aquellos que ya están listos para volver a las aguas y cruzar el océano. Se caracterizan por su confianza y preparación y están listos para lanzarse a la travesía, asumir riesgos y abordar nuevos desafíos. La internacionalización y apertura de nuevos mercados podría ser su norte principal. Los exploradores, que se encuentran en estado de incubación, revisan y reflexionan sobre las decisiones y caminos planteados. Están en un proceso de autoevaluación, reconsiderando sus elecciones y el rumbo de su práctica artística. Este tiempo de introspección de l´Atelier les permitió recoger ideas y fortalecer su base antes de avanzar, asegurando que sus próximos pasos estén alineados con sus verdaderas aspiraciones y propósitos. Y por último los recolectores, quienes estuvieron absorbiendo criteriosa y selectivamente aquellos recursos y conocimientos para salir a flote lo más preparados posible, en un entorno que reconocen desafiante pero al que están dispuestos a enfrentar. Advierten sobre la importancia de adaptarse a las circunstancias y se enfocan en recolectar con astucia “ramas y alimentos”, es decir, herramientas y conocimientos específicos que les proporcionen la fortaleza y el impulso necesarios para enfrentar el océano bravo y tormentoso que se avecina para sus proyectos.
El enfoque del programa de l´Atelier dejó un margen honesto y necesario para la alteridad, la empatía y el debate sobre diversos temas comunes, aportándole una identidad más profunda y nítida al parlamento como tal. Los espacios de transferencia habilitaron entornos que supieron guiar a los participantes en su proceso de aprendizaje y desarrollo. Proporcionaron coordenadas específicas, direcciones claras sobre cómo avanzar en los proyectos y le permitió a los participantes ajustar su rumbo según sea necesario, utilizando la Brújula para reorientarse y el Mapa para rediseñar su trayectoria.
LA ORILLA NOS ESPERA
Esta conexión internacional propuesta por Orillas Nuevas resultó una plataforma fundamental para construir un futuro donde la cultura siga siendo un pilar esencial de la sociedad, capaz de inspirar y unir a las comunidades en medio de la adversidad. A través de iniciativas que promueven el intercambio cultural, la innovación y la resiliencia artística, se demuestra que la cultura no solo es un refugio, sino también una herramienta poderosa para la transformación e imaginación de otros futuros posibles, dando lugar a lo que Claire Dupont llamará como “aquellas utopías en las que vamos a vivir.
El desafío queda planteado: ¿Cómo podemos vivir juntos ante la catástrofe que se avecina? Pareciera que una respuesta posible sería priorizar el encuentro humano como objeto y proceso y lo vincular como la más sofisticada tecnología que tenemos al alcance, luego siempre viene la creación. Una suerte de fe y profunda confianza en el arte y la producción cultural, en la potencia de la imaginación artística que, en palabras de Graciela Speranza “puede cifrar en sus formas metáforas del presente y anticipaciones del futuro y tramar redes sinérgicas de trabajo colectivo”. Modelos abiertos y situados en una metadisciplina que sea atravesada por la libertad, la diversidad, la convivencia y que introduzcan la alteridad como horizonte.
Con renovada energía y una comunidad fortalecida, estos gestores culturales se preparan para regresar al océano. Su misión: alcanzar nuevas orillas y buscar a otros náufragos que, como ellos, necesitan un lugar seguro. En esta dinámica de dar y recibir, de encontrar y ser encontrados, se establece un ciclo virtuoso de solidaridad que trasciende las olas, transformando la adversidad en una oportunidad para el renacimiento cultural.
Por Juan Urraco.
Dr. en Artes. Especialistas en gestión de proyectos culturales y creativos.
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