Ir al contenido

Agradecimientos y reclamos: Una bitácora del Mundial de Escritura por Giuliana Migale Rocco y Luciana Cáncer

¿Cuándo vuelve el Mundial?

¿Cómo me inscribo?

¿Las consignas son obligatorias?

¿Qué pasa si no escribo un día?

¿Ya estoy registrada?

¿Cómo accedo a los textos de ediciones anteriores?

¡Me olvidé la contraseña!

Son cientas las consultas y mensajes que llegan antes, durante y después de cada edición del Mundial de Escritura. Anécdotas, agradecimientos, reclamos, preguntas, ideas y deseos para ediciones futuras. 

El Mundial de Escritura existe porque antes existió un taller, después dos, después quince. Existe porque un día, en uno de esos talleres, alguien dijo «estoy bloqueada». 

Porque otra persona respondió «si vos hacés durante cuarenta días algo todos los días, se convierte en un hábito». 

Existe porque Santiago propuso que cada integrante de sus talleres escribiera durante cuarenta días determinada cantidad de caracteres al día. 

Porque algunos empezaron a flaquear y a un fanático de San Lorenzo de Almagro se le ocurrió: «¿por qué no lo armamos en equipos?»

Porque eso funcionó. 

Y recibió el nombre de Championnat. 

Y se jugó durante años en los talleres de Santiago. 

El Mundial de Escritura existe porque hubo una pandemia. 

Porque vivimos en la época de las redes sociales y un tuit fue capaz de convocar a tres mil personas en un día a participar de un juego que no se entendía del todo. 

Existe porque trabajamos de día y de noche. 

Existe porque, aunque estemos en rojo, queremos que sea una experiencia gratuita, de la que pueda participar cualquiera que quiera. 

Existe porque siempre alguien nos ayuda. Una editorial, una organización, una escuela, una empresa, un bombero voluntario, un amigo. 

Existe porque fue el origen de muchos libros. 

Existe porque fue el origen de amistades, amores, hijos y ahijados. 

Existe porque somos miles los que lo esperamos. 

Existe porque somos miles los que, cuando no está, lo reclamamos. 

Cincuenta mil personas ya pasaron por la experiencia del Mundial. Cincuenta mil personas de cincuenta países distintos. Eso es mucha gente, de muchos lugares. Tantas personas y tantos lugares que, a veces, resulta difícil de dimensionar. Desde la gestión y la organización del Mundial, cada persona tiene la forma de una línea en una planilla de excel. Sabemos desde cuándo juega, su edad, su nacionalidad, si es constante en la escritura, cuántos textos escribió hasta hoy. Sabemos por cuántos equipos pasó. Si alguna vez llegó a la final del Mundial. Si recibió un premio. 

La comunidad del Mundial de Escritura (y de Chasco) es enorme, diversa, internacional. El programa de Orillas Nuevas –a través de las clases, mentorías y clínicas– nos permite generar cápsulas de espacio-tiempo para pensar esa comunidad. Qué necesita, qué quiere, qué le gusta, qué le incomoda. Qué de lo que contamos se entiende bien. Qué de lo que contamos definitivamente no se entiende. Cómo crecemos sin perder la cercanía. Cómo hacemos para llegar a más regiones. De qué manera logramos alianzas duraderas. Cómo alcanzamos la sostenibilidad del proyecto en el mediano y en el largo plazo. 

Y, mientras trabajamos en eso, seguimos respondiendo: 

¿Cuándo vuelve el Mundial?

¿Cómo me inscribo?

¿Las consignas son obligatorias?

¿Qué pasa si no escribo un día?

¿Ya estoy registrada?

¿Cómo accedo a los textos de ediciones anteriores?

¡Me olvidé la contraseña!

Si les gusta escribir y están bloqueados…

Si les gusta escribir y no encuentran el tiempo…

Si les gusta escribir y quieren hacerlo con otros…

Hasta el 20 de abril están abiertas las inscripciones al XI Mundial de Escritura, en este link: https://www.chascoclub.com/mundial-de-escritura

Por Giuliana Migale Rocco y Luciana Cáncer, integrantes del proyecto Chasco Club.