Buenas tardes.
Me llamo Luciana Serrano, estoy acá en representación de la Cooperativa Espacial, el
colectivo que lleva adelante el Atlas de Diseño Popular.
El Atlas de Diseño Popular es una investigación sobre prácticas de diseño, construcción y
habitar en Buenos Aires.
El proyecto combina audiovisuales, contenidos digitales y trabajo de campo colaborativo con individuos, organizaciones y colectivos.
Cada capítulo parte de un caso concreto: puede ser una revista barrial, un potrero de fútbol,
una huerta comunitaria o un dispositivo de intervención gráfica. Lo que nos interesa no es
sólo el resultado final, sino el proceso, las decisiones y los conocimientos que se ponen en
juego. Y lo que no: lo que no está previsto, lo que surge probando, jugando, mirando.
El Atlas busca construir un archivo abierto de estas experiencias de diseño disponible en una plataforma web y acompañado por material gráfico y audiovisual. No es una colección de “inventos populares”, sino una herramienta para pensar el diseño desde otros lugares: fuera del estudio profesional, en diálogo con saberes prácticos, técnicos y comunitarios.
Mientras proyectamos algunas imágenes de los capítulos grabados, van a ver distintas
escalas y lenguajes: desde intervenciones urbanas hasta objetos de uso cotidiano. Todos
ellos dan cuenta de una inteligencia colectiva que muchas veces pasa desapercibida, pero
que sostiene buena parte de la vida (no sólo) urbana.
El Atlas de Diseño Popular es, en síntesis, una plataforma de documentación y reflexión
sobre el diseño como práctica social: una manera de reconocer, aprender y poner en valor los modos en que las personas producen espacio, herramientas y tecnología en su día a día.
En esta nueva etapa, el Atlas avanza hacia su programa público:
Ya completamos la publicación de una plataforma web interactiva donde se podrá explorar el archivo, cruzar casos, y la iremos enriqueciendo para sumar materiales pedagógicos y de
investigación.
También estamos planificando actividades de proyección de los materiales audiovisuales en
distintos espacios, para que el proyecto siga creciendo en diálogo.
Y para los agradecimientos, que son importantes.
En primer lugar , gracias a las diseñadoras y los diseñadores populares, a las huerteras,
recicladores, soldadoras, impresores, albañilas, carpinteras, editores, inventoras anónimas
que hacen del límite un laboratorio.
A quienes no esperan un permiso para construir , ni un presupuesto para empezar: levantan
con lo que hay , diseñan con lo que sobra, imaginan con lo que tienen a mano.
A quienes con su ingenio cotidiano mantienen encendida la posibilidad de otras cosas y
entornos para la vida.
Agradecemos, por supuesto, a Orillas Nuevas, el Institut Français d’ Argentine,
Fundación Medifé y Fundación Williams, a los mentores y mentoras, a los proyectos
compañeros que acompañaron la experiencia y de quienes aprendimos mucho.
A Francisco, Juan y Nacho por ser el equipo de cine que nos ayudó a pensar con la
cámara y el sonido.
A Cultura Oculta, por su lección permanente de autonomía e inventiva.
Como dijimos, este Atlas es materia viva. Y las cosas son una y varias a la vez: los tachos
se volvieron vestuario, las bicicletas imprimen, los postes son arco, los neumáticos
aprendieron a hacer más de lo que sabían.
Entonces:
Gracias a las herramientas, por su ductilidad y su memoria. A los materiales, por su
docilidad y su aguante.
Gracias a todo lo que se quebró, se arregló y volvió a empezar.
Gracias a lo que se ensucia, se oxida y aun así sigue funcionando.
Este Atlas pertenece a todos ellos —personas, materiales, objetos, errores, hallazgos— que
hacen del diseño un verbo colectivo.
Gracias a quienes, al diseñar , no buscan dejar huella sino abrir un camino.
Gracias a quienes nos enseñan que crear es insistir , reparar , probar otra vez.
El Atlas les agradece su obstinación, su inteligencia material, su porfiada esperanza.
Sin ellos, sin ellas, sin eso: nada existiría.
Por Luciana Serrano – Atlas collaboratif des résiliences populaires


